jueves, 30 de junio de 2011

Construcción de una identidad mestiza

Un primer paso en nuestro caminar como sociedad fue el de la construcción de nuestra identidad, la que marca nuestro origen como pueblo. Indagar en ese periodo es preguntarse quienes somos y de donde venimos. La historia nos muestra que los chilenos somos herederos y parte de una comunidad muy amplia, constituida, en primer lugar, por los pueblos originarios que habitaban el continente americano en el momento de la Ilegada de los españoles. La identidad latinoamericana, de la cual formamos parte, tiene sus raíces mas profundas en la historia y cultura de las grandes civilizaciones precolombinas. De igual manera, nuestra particular identidad nacional se vincula a la de los pueblos indígenas que habitaron antiguamente el actual territorio chileno. Esas culturas tenían una manera específica de ver, entender y significar el mundo en que desarrollaban su existencia. Materialmente, resolvían los problemas prácticos de la supervivencia, se alimentaban, vestían, construían sus moradas de determinadas formas, que se transmitían y evolucionaban de generación en generación. La Ilegada de los españoles en el siglo XV, por tanto, no ocurre en un continente vacio. Ellos tampoco Ilegan sin equipaje: vienen con su propia cultura, con sus creencias y con sus objetos, portadores también de una tradición. Se trata de dos identidades - la indígena y la española - que tienen pocos elementos en común y que inevitablemente, dado el carácter violento del proceso de conquista, modifican el modo de ser y de hacer de ambos grupos. El orden colonial instaurado por la corona española en América durante los siglos XVI, XVII y XVIII fija las nuevas pautas sociales, económicas, políticas y culturales que regirán la vida de la mayoría de los habitantes del continente americano. Para las poblaciones indígenas la nueva realidad tendrá efectos muy graves y significara un cambio radical y profundo en sus antiguas pautas culturales. Sin embargo, su integración al nuevo orden colonial lo ira al mismo tiempo modificando. La América española que instalaron los conquistadores a través de su dominación militar, de su organización política y económica y de predominio cultural resultó ser muy diferente a la América realmente se construyó tras tres siglos de relaciones entre indígenas y europeos. Resulta muy importante, entonces, para entender nuestra identidad, conocer en profundidad lo sucedido en Chile durante el periodo colonial. Conocer como la vida cotidiana fue moldeando una nueva identidad, más compleja, que Ilamaremos mestiza, fruto de las nuevas relaciones sociales que caracterizaron a la sociedad colonial. Una identidad mestiza que se hizo mayoritaria en la población latinoamericana, coexistiendo con algunas de las identidades originarias.

Siglos del periodo colonial en Chile

jueves, 23 de junio de 2011

Mulato con española
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MoriscoMorisco con española
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Salta atrás
Salta atrás con India
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ChinoChino con mulata
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Lobo
Lobo con Mulata
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GíbaroGíbaro con India
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Albarazado
Albarazado con Negra
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CambujoCambujo con India
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Zambaigo
Zambaigo con mulata
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Calpan mulatoCalpan mulato con Zambaigo
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Tente en el aire
Tente en el aire con Mulata
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No te entiendoNo te entiendo con tente en el aire
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Ahí estás

Negros

Muchos de ellos llegaron al país como esclavos de los conquistadores. Resultaban servidores muy fieles debido a que despertaban el recelo de los indígenas y a que, por su color y la marca que tenían en la mejilla, eran fácilmente distinguibles. Prácticamente no podían huir, pues rápidamente eran apresados y restituidos a sus amos. Más adelante, durante el período colonial, se convirtieron en sirvientes de las casas. Muchos de ellos eran diestros artesanos.
También se les asignaba trabajo en los lavaderos de oro y en las estancias, donde se desempeñaban como capataces, bodegueros o encargados del ganado. Las mujeres se dedicaban a las labores domésticas, la preparación de pan o a la confección de prendas.>
En general, los esclavos eran bien tratados ya que resultaban muy caros. Su alto precio se explicaba por la dificultad para traerlos a un país tan apartado.
En ocasiones los esclavos eran arrendados a otros españoles para que ejecutaran determinados trabajos. Algunos se empleaban en sus horas libres, recibiendo un salario por ello. Si lograban el dinero suficiente, podían comprar su libertad, al cabo de muchos años.

Mestizos, mulatos y zambos

Los mestizos surgieron del contacto entre los conquistadores españoles y ]as mujeres indias. Como prácticamente no vinieron mujeres españolas a Chile (sólo podía venir a América si estaban casadas), los conquistadores tomaban a mujeres indias con las que procreaban hijos de sangre mezclada. Había españoles que tenían más de diez hijos con diferentes mujeres indias. Los mestizos se unían a su vez entre sí aumentando cada vez más su proporción, convirtiéndose en el grupo más numeroso.
Los mestizos vivían principalmente en el campo, donde trabajaban como peones y también realizaban trabajos en las minas. Llevaban una existencia muy pobre, debido a que faltaban lugares de trabajo y a que frecuentemente se entregaban al ocio y al vicio.
La posición de los mestizos era difícil, pues no tenían una identidad clara, ya que desarrollaban lealtades tanto hacia los españoles como hacia los indios, grupos de por sÍ antagónicos. Una suerte similar corrían los mulatos y zambos, los que tampoco ocupaban un lugar muy definido en la sociedad.

Indígenas

Una  vez terminada la Conquista, los españoles se establecieron definitivamente en el territorio comprendido entre Copiapó y el río Biobío. Los indígenas que habitaban en este territorio fueron repartidos en encomienda para que ejecutaran los trabajos forzados que los conquistadores requerían. La mayor parte de ellos murieron durante el primer siglo de la Conquista, debido a que fueron robadas sus tierras, y obligados a trabajar en condiciones muy malas, realizando trabajos muy pesados, como los lavaderos de oro.
Como estaban débiles eran presa fácil de las enfermedades que trajeron los conquistadores, desconocidas para ellos. Periódicamente la viruela, el tifus, el sarampión, la peste bubónica y la gripe atacaban a la población, disminuyéndola notablemente. A ello se suma la separación que hacían los colonizadores de las familias indígenas: muchas veces marido y mujer vivían en lugares distintos y no tenían hijos.
Con el tiempo, rápidamente los aborígenes perdieron los rasgos característicos de su cultura, adoptando el idioma y la religión de sus conquistadores
A pesar de que la Corona hizo amplios esfuerzos por proteger a los indígenas, sus medidas resultaron inútiles, quedando este grupo reducido a su mínima expresión.